Es una perspectiva terapéutica que incluye la psiquiatría biológica, la psicoterapia (incluyendo las terapias cognitivo conductuales, dinámicas y sistémicas) y la intervención social. De esta forma, se busca la comprensión y cuidado de la persona desde un enfoque médico, emocional y familiar, atendiendo el problema de la forma más breve posible.