- Muchos expertos afirman que lo que hay que tener en cuenta es la madurez del niño/a, pero a grandes rasgos se estima que la edad adecuada rondaría los 12 o 15 años” concreta Carla Merino, psicóloga de la Unidad Infanto-juvenil de IMQ Amsa.
- El buen uso de los móviles en los niños pasa por ponerles límites en el tiempo de exposición, explicarles los peligros de las redes sociales y el concepto de privacidad, y revisarles el aparato móvil periódicamente.
Conscientes de que en estas fechas uno de los regalos estrella para los peques de la casa está siendo el teléfono móvil, consultamos con nuestros expertos en psicología la edad apropiada para regalarles uno por primera vez y las consecuencias que puede tener hacerlo antes y/o de manera inadecuada.
Carla Merino, psicóloga infanto-juvenil de IMQ Amsa aclara que “aunque las nuevas tecnologías forman parte del mundo de nuestros hijos e hijas, hay que determinar si conviene que se inicien en ellas por su cuenta con un móvil, o las mismas necesidades pueden cubrirse con una tableta o un PC, que no van a llevarse a todas partes, y sobre los que los padres tendrán probablemente un mayor grado de control. Éste es, precisamente, el motivo de que exista un gran debate sobre a qué edad es aconsejable que niños y niñas tengan móvil”.
¿Cuándo deberían tener los niños un móvil?
Los niños de la era digital están influidos por las nuevas tecnologías a la hora de consumir y desarrollar su forma de pensar y entender el mundo. “Por tanto, son niños que están creciendo en un mundo digital y es importante ayudarles a aprender conceptos saludables del uso digital. Por eso, deben ser padres y madres quienes decidan cuando un niño debe tener un móvil y quienes a su vez puedan ejercer de modelos de un uso responsable de las nuevas tecnologías” matiza la psicóloga de IMQ Amsa.
“Muchos expertos afirman que lo que hay que tener en cuenta es la madurez del niño, pero a grandes rasgos se estima que la edad adecuada rondaría los 12 o 15 años” concreta Carla Merino.
Las recomendaciones generales que nos traslada la especialista en psicología son las siguientes:
- Desde el nacimiento hasta los dos/tres años a pesar de que muchos niños de nuestro contexto social manejan con facilidad las nuevas tecnologías, la recomendación se centra en el no uso de ella.
- Hasta los 6 años, la recomendación podría ser sobre el uso de una hora al día y baja supervisión parental, al igual que hasta los 9 años.
- Y en el caso de los niños/as de hasta 12 años, la recomendación sería no sobrepasar en exceso el uso diario de la tecnología e ir educando en el uso responsable de ella.
“Es cierto que hoy en día los niños necesitan estar en contacto con las nuevas tecnologías, sino estarían dándole la espalda a la realidad que les toca vivir. Además, es una forma rápida de localizarlos, puede ayudarles en alguna emergencia, y es una herramienta de conocimiento. Sin embargo, también les pueden llevar hasta contenidos no aptos para su edad o a practicar o ser víctimas de técnicas como el cyberbullying” apunta Merino.
La importancia del control parental
El buen uso de los móviles en los niños pasa por poner límites. La psicóloga infanto-juvenil de IMQ Amsa, Carla Merino, nos da las claves:
- Limitar el tiempo de exposición. Usar el móvil a edades tempranas puede ser peligroso para su desarrollo social, lo que podría llevar a un empobrecimiento de sus relaciones de amistad y a una disminución en el disfrute del contacto.
- Explicar los peligros de las redes sociales. Como la pedofilia o el cyberbullying. Todo ello ajustado a la edad tanto cronológica como madurativa de cada menor.
- Explicar el concepto de privacidad. La importancia de no aceptar solicitudes de amistad de personas desconocidas; no dar datos personales, no indicar nombre, apellidos, dirección ni tampoco edad; no dar nuestra contraseña a nadie; limitar la privacidad del perfil y de las fotos; no publicar fotos o vídeos comprometidas ni propias ni de otros.
- Revisar el aparato periódicamente.
Por último la profesional de IMQ considera “muy importante que padres y madres conozcan, además, que existen aplicaciones de control parental. Estas herramientas limitan las páginas que los menores pueden ojear y también informan sobre todas las visitas que hacen los jóvenes a través de internet. En este sentido podría ser razonable que los padres y madres establezcan con el menor desde el principio unos acuerdos y normas respecto al uso, la supervisión que los padres deben ejercer y el nivel de privacidad que su hijo o hija puede exigir en función de la edad”.