Gracias a una fórmula desarrollada por meteorólogos en colaboración con un equipo de psicólogos, surge el concepto del «día más feliz del año», conocido como #yellowday. Esta idea se basa en un análisis científico de las emociones de miles de personas durante el solsticio de verano, cuando el sol alcanza su punto más alto en el cielo. Esta combinación de factores meteorológicos y emocionales ofrece un contexto único para estudiar el impacto de la luz solar y las condiciones ambientales en el bienestar psicológico.
La noción de un «día más feliz del año» puede parecer entretenida y jovial, pero es crucial reconocer que la felicidad es una experiencia subjetiva y sumamente individual. Lo que para alguien representa un día lleno de felicidad puede no serlo para otra persona.
La importancia de permitirse sentir
En el ámbito de la psicología, es necesario entender que la percepción de la felicidad varía significativamente entre individuos debido a factores como la personalidad, las circunstancias de vida y el contexto cultural. Además, la investigación científica sigue explorando los distintos determinantes del bienestar emocional, subrayando la complejidad y diversidad de lo que nos hace felices.
Es importante comprender que las emociones no son intrínsecamente buenas ni malas, simplemente nos ayudan a adaptarnos. En nuestra sociedad, se desestima el estar mal y es común oír expresiones como «No llores». Tratamos de evitar que las personas se sientan mal, pero es algo que forma parte de la naturaleza humana.
Habrá ocasiones en las que necesitaremos llorar o sentirnos tristes, y eso también es positivo y necesario. Para ajustarnos al mundo que nos rodea debemos experimentar emociones desagradables. El dilema surge cuando experimentamos emociones negativas que no son realmente útiles. Por ejemplo, una persona con ansiedad generalizada constantemente se preocupa por posibles problemas, y esa emoción negativa no contribuye a adaptarse sino que desregula.
La búsqueda constante de una recompensa rápida
En la actualidad, la persistente búsqueda de placeres inmediatos podría estar perturbando nuestro bienestar, y esa inmediatez va en contra de lo que sugieren las investigaciones sobre la felicidad para aumentar nuestra satisfacción con la vida.
A pesar de que los individuos necesitamos un placer externo, también es necesaria una motivación que nos impulse a desarrollarnos como personas y así sentirnos orgullosos de nuestro crecimiento cognitivo, moral y emocional. Todas esas variables están siendo descuidadas ya que nos centramos en satisfacciones externas. Es fundamental y preocupante resaltar el caso de los jóvenes, quienes aún no han desarrollado completamente la capacidad de adaptación que proporciona la madurez. Casi la mitad de los jóvenes europeos afirman tener necesidades de salud mental no cubiertas, según el informe «Health at a Glance» de 2022.
Podemos ser más efectivos al comprometernos con acciones que reflejen nuestros valores, esto implica considerar las consecuencias a largo plazo en lugar de ceder ante impulsos inmediatos. Sin embargo, aunque tenemos cierto control sobre nuestras conductas, el control sobre nuestros pensamientos, sensaciones y emociones es más limitado.
Reflexiones del viaje
No deberíamos sucumbir a las perspectivas del “día más feliz del año” y es importante que mantengamos una perspectiva equilibrada. Reconocer y gestionar nuestras emociones es esencial para nuestro bienestar emocional.Tanto las emociones positivas como las negativas forman parte de nuestra experiencia humana y merecen ser atendidas. Si necesitas apoyo para cuidar de ti mismo y aprender a manejar tus emociones, nuestro equipo de psicólogos/as especializados/as está aquí para ayudarte.
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