Mantenerse y vivir en pareja está resultando en la actualidad una tarea difícil. Prueba de ello son el incremento en el número de separaciones y divorcios de los últimos años. Ambos acontecimientos pueden generar además un impacto negativo relevante en la salud física y psicológica de sus integrantes. Así, actualmente los problemas de pareja se han convertido en una de las consultas más frecuentes en los centros de salud mental y de psicoterapia.
¿En qué consiste la terapia de pareja?
Es un tipo de psicoterapia en el que las parejas abordan las dificultades y problemas de su relación junto con la ayuda de un/a terapeuta. En algunos tratamientos pueden ser dos los/as terapeutas que atienden a la pareja.
En la terapia se creará un espacio seguro en el que podrán ir explorando sus necesidades y deseos, conflictos tanto conscientes como inconscientes, los patrones negativos en su interacción, etc.
¿Cuándo es el momento de acudir?
Cuando hay malestar y sufrimiento en la relación y la pareja siente que no puede manejar los conflictos por sí sola. Es importante que ambos miembros estén de acuerdo en realizar la terapia y que haya cierto deseo de mejorar la relación.
La mayoría de las parejas acuden a terapia cuando la relación está muy deteriorada. Muchas llegan sintiéndose estancadas y habiendo entrado en una espiral de conflicto sin salida aparente.
¿Es posible “arreglar” los problemas de pareja con terapia?
Sí. La terapia posibilita cambios, puede ayudar a que mejore la comunicación, el entendimiento mutuo, el llegar a acuerdos… El objetivo es restablecer el equilibrio y construir un modelo de relación más funcional. Aunque no siempre se consigue y en ocasiones la terapia puede conducir también a reconocer la imposibilidad de permanecer juntos y a separarse de manera amistosa.
¿Qué tipo de problemas se abordan?
Pueden ser muchas y diferentes las causas en la base de los conflictos de pareja. En ocasiones éstos pueden tener que ver con dificultades a la hora de afrontar las diferentes etapas del ciclo vital. Las relaciones de pareja no son estáticas sino que son un proceso que va desarrollándose en diferentes fases coincidentes con el ciclo de vida. Y en cada una de estas fases (que podrían ser: formación de la pareja estable, nacimiento de hijos, mediana edad, vejez) se experimentan crisis típicas y normales en las que la pareja tendrá que tratar de adaptarse. Lo patológico no es que se presenten estas crisis, sino que la patología surge a veces al tratar de eludirlas y retirarse para no hacerlas frente.
El desequilibrio y las luchas de poder aparecen también frecuentemente en relación a temas que se suelen trabajar en la terapia:
- Crianza de hijos
- Familias de origen
- Sexualidad
- Infidelidad
- Aspectos económicos
- Violencia
- Etc..
Son por tanto muchas las dificultades y retos que tiene que superar una pareja. Cuando esto se convierte en un camino arduo que va erosionando la relación puede ser conveniente consultar con un profesional, antes de que el deterioro sea más grande.
¿Cuáles son los objetivos?
- Mejorar y favorecer la comunicación: Este es uno de los principales aspectos a trabajar es ya que ayudará a seguir profundizando y trabajando otros temas posteriormente. De este modo, el/la terapeuta tratará de reforzar una actitud de escucha, intentando que no sea defensiva, evitando así los círculos viciosos de ataque y contraataque. Utilizando un lenguaje respetuoso, promoviendo el que cada uno/a se pregunte sobre el motivo o la emoción que está experimentando la otra persona para poder dirigirse de un modo más empático. Ayudando también a cada miembro de la pareja a descubrir el efecto de sus palabras, reacciones y gestos en su pareja. Otra de las funciones del terapeuta será contener los intensos sentimientos que pueden generarse en la sesión.
- Aumentar la comprensión sobre sí mismos y su relación: Para ello se explorarán sentimientos, necesidades, los círculos viciosos repetitivos que potencian el conflicto. También la historia de cada persona ofrecerá información para entender sus patrones de relación problemáticos, así como la historia familiar y los estilos de apego que se activan en la relación.
- Afrontar ansiedades básicas: Por ejemplo, el miedo a ser abandonado, dañado, dominado… que están presentes en la interacción y se anima a cada miembro a examinar su contribución a las ansiedades del otro y a la disfunción global de la pareja. Se pueden abordar también antiguas heridas de la relación que no se han podido elaborar adecuadamente.
- Trabajar es la capacidad de disfrute: Muchas parejas tienen una relación centrada en la vida familiar, o pasan muy poco tiempo juntos o si lo hacen no es un tiempo placentero. Por ello, en la terapia se tratará de potenciar conductas que les ayuden a tener experiencias positivas y gratificantes. Las parejas necesitan disfrutar. La diversión y el fortalecimiento de la amistad en la pareja son factores protectores.
- Tratar las situaciones relacionadas con la pérdida de autonomía e individualidad: Pueden ser otra fuente de tensión y ansiedad relacionada con la pérdida de identidad, con el miedo a la dependencia…Por tanto será importante facilitar un equilibrio entre el “yo” y el “nosotros”, preservando la propia individualidad y al mismo tiempo estar abiertos a la influencia del otro.
- Fomentar la seguridad emocional y el apego: El sentirse querido y valorado, así como la capacidad de apoyar y cuidar al otro juegan un papel muy importante en la pareja. Además, entender cómo la otra persona percibe la realidad y escuchar los puntos comunes entre ambos será esencial para desarrollar la capacidad de pacto, tan importante a la hora de llegar a acuerdos entre ambos.
La terapia ofrecerá así mismo apoyo y reconocimiento a las capacidades y fortalezas de la pareja. Atendiendo a éstas así como a los cambios y progresos positivos que se van dando.
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Escrito por la psicóloga Gemma Hermoso.