El 1 de noviembre, más conocido como el Día de Todos los Santos, es una fecha que nos invita a recordar a aquellas personas y seres queridos que ya no están con nosotros y nosotras. Por ello, estas fechas pueden resultar difíciles para quienes están atravesando un duelo, ya que la pérdida se hace más presente.
Ninguna persona está preparada para afrontar el fallecimiento de un familiar, y aunque el sentimiento de pérdida es inevitable, contar con el apoyo y las herramientas adecuadas puede suponer una gran diferencia en el proceso de sanación.
El duelo: un proceso natural, pero complejo
La reacción emocional que sentimos cuando nos enfrentamos a la pérdida de alguien importante es la que se denomina como duelo. No podemos pasar por alto que cada persona afronta esta etapa de diferentes maneras, ya que puede manifestarse mediante pensamientos, sentimientos y comportamientos, llegando incluso a generar reacciones fisiológicas.
A nivel psicológico, se pueden identificar varias teorías que explican cómo las personas manejan y procesan el duelo. Una de las más conocidas es la de Elisabeth Kübler-Ross, quien describió el duelo en cinco etapas.
Las fases del duelo (según Kübler-Ross)
- Negación: La negación es una respuesta natural de protección, un mecanismo de defensa que busca amortiguar el impacto emocional inmediato.
- Ira: Aquí surgen sentimientos de frustración, impotencia e incluso rabia con el universo llegando a preguntarse: «¿Por qué a mí?» o «¿Por qué él/ella?»
- Negociación: En este punto, la persona trata de hacer negociaciones internas para revertir o cambiar la situación, incluso pensar cosas como «si hubiera hecho tal cosa, quizá no habría pasado».
- Depresión: A medida que se acepta la realidad de la pérdida, puede aparecer una tristeza profunda, sensación de vacío, soledad y desesperanza. Es el momento en el que se toma plena conciencia de la magnitud de la pérdida.
- Aceptación: La persona llega a un punto en el que comienza a aceptar la pérdida, aunque no necesariamente significa que esté «en paz» o feliz. Es más una etapa de adaptación y de reconfiguración de la vida sin el ser querido.
Estas fases no son lineales ni universales para todos. Por ello, a pesar de ser conscientes de que el duelo es un proceso natural y en cierto modo necesario, muchas veces puede ser abrumador, e incluso paralizante.
Existen creencias de que «el tiempo lo cura todo» o “todo pasa”. Sin embargo, es el trabajo interno lo que realmente permite procesar la pérdida de una manera saludable. Y aquí es donde la terapia juega un papel crucial.
¿Cómo puede ayudar la terapia durante el duelo?
Aunque el duelo es una experiencia única y personal, hay momentos en los que el apoyo profesional puede ser un recurso positivo. La terapia no busca acelerar el proceso de sanación, sino acompañarlo y ofrecer herramientas para que el dolor y los pensamientos no nos consuma.
Beneficios de trabajar el duelo con un equipo experto en psicología
- Crear un espacio seguro: La terapia ofrece un lugar donde puedes expresar tus emociones sobre la pérdida sin sentirte juzgado, evitando presiones para «superar» el duelo rápidamente.
- Comprender el duelo: Un terapeuta te guía a través de las etapas del duelo, ayudándote a entender y procesar lo que sientes, brindando herramientas para seguir adelante sin prisas.
- Detectar duelo complicado: El terapeuta identifica si el duelo se vuelve complicado o prolongado y te ayuda a evitar problemas emocionales más graves, como la depresión.
- Fomentar el autocuidado: La terapia te enseña a cuidar tu bienestar físico y emocional, proporcionando estrategias para manejar el estrés y la ansiedad durante el duelo.
- Reforzar el apoyo social: Un terapeuta puede ayudarte a fortalecer tus relaciones y apoyarte en cómo comunicar lo que necesitas a los demás, promoviendo un entorno más comprensivo y solidario.
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Desde IMQ Amsa queremos recordarte que no tienes que enfrentar el duelo solo. A través de nuestro amplio equipo de profesionales en psicología y psiquiatría, te ofrecemos apoyo y herramientas para transitar este proceso.
Contamos, además, con un Grupo de gestión del duelo en el que se comparten experiencias y las personas encuentran un espacio en el que transitar su pérdida en compañía. Nuestros programas de terapia para el duelo están personalizados y diseñados para brindarte el apoyo que necesitas mientras atraviesas esta etapa y encuentras un camino hacia la recuperación emocional.
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