El amor es un sentimiento fundamental. El ser humano es social, necesita vínculos y tiende a emparejarse. No obstante, las relaciones no se sostienen solo con cariño. Según datos del Eustat, el 20% de los matrimonios en Euskadi se rompe, de hecho, antes de los cinco primeros años.
Con motivo de la reciente celebración del Día de San Valentín, conocido como el día de los enamorados ,Norberto Mascaró, psiquiatra de A M S A -Grupo IMQ, especialista en psicoterapia individual, grupal de pareja y familia aporta la receta de las “4 erres” para que una relación de pareja no fracase:
- Respeto. El respeto juega un papel fundamental en una relación pareja. Se debe aceptar que el otro es diferente y tiene sentimientos, pensamientos y formas de sentir propios, sin hacer juicios de valor.
- Reconocimiento. Se han de reconocer las virtudes del otro y no intentar someterlo, sino reconocer su diferencia y valorar lo que esa persona puede aportar. Escuchar es el primer paso.
- Responsabilidad. Tener una relación de pareja significa contar con un compañero de viaje que debe ayudar a la otra persona. Se debe profundizar en lo que le hace mal a nuestra pareja y ayudarle o evitarlo.
- Recreatividad. Para que una relación de pareja no caiga en la monotonía, ambos tienen la obligación de preparar planes y actividades que les satisfagan y les diviertan.
Terapias de pareja: resultados y duración
“La terapia consiste en tratar la pareja, como una unidad, a diferencia de la terapia individual que trata la persona. Los dos son partícipes de la unidad vincular. Se abordan los aspectos complementarios: sometedor/sometido; protector/protegido; seguro/inseguro; etc. En todos los conflictos relacionales hay una complicidad inconsciente que mantiene el desencuentro”, concreta Mascaró.
El experto en psicoterapia señala que “las intervenciones terapéuticas duran de 6 a 9 meses, aunque el tiempo depende de los objetivos que se marquen. Un 50- 60% de las parejas que completan el tratamiento obtienen resultados satisfactorios y cuando el desencuentro es continuo, se trabaja la separación para que sea lo menos dolorosa posible para la pareja y para los hijos”.
Por último, el especialista de AMSA-IMQ subraya que “más que consejos, en las terapias de pareja se trata de entender qué les pasa y se evalúa el tipo de interdependencia que les une. En toda relación existe una interdependencia sana que promueve el crecimiento como pareja y otra patológica que lleva al sufrimiento y deterioro de la relación. Esta situación no solo es perjudicial para los padres, sino que generalmente los más dañados son los hijos”.