Con la llegada del invierno, muchas personas experimentan cambios en su estado de ánimo que pueden estar vinculados a la denominada «depresión invernal».
De hecho, el famoso día denominado como #bluemonday que se celebra cada tercer lunes de enero fue acuñado por el psicólogo británico Cliff Arnall, quien desarrolló una ecuación que tomaba en cuenta varios factores y entre ellos, cómo el clima afectaba al bienestar psicológico.
En este post, exploraremos estrategias psicológicas para enfrentar la depresión invernal y fomentar el bienestar emocional.
Entendiendo la Depresión Invernal
¿Qué es el trastorno afectivo estacional?
Este fenómeno, también conocido como trastorno afectivo estacional (SAD, por sus siglas en inglés ), destaca la influencia que las estaciones pueden tener en nuestra salud mental.
¿Cómo afecta a las personas?
La depresión invernal es más que simplemente sentirse melancólico durante los meses fríos. Se caracteriza por síntomas depresivos recurrentes y estacionales, que suelen manifestarse en invierno y desaparecer en primavera.
Los factores ambientales, como la reducción de la luz solar y los cambios en los patrones de sueño, pueden influir en este fenómeno. Concretamente de la siguiente manera:
- La reducción de las horas de luz natural: Puede influir en la producción de melatonina y serotonina, neurotransmisores que desempeñan un papel crucial en la regulación del sueño y el estado de ánimo. Además, la falta de luz solar también está asociada con el trastorno afectivo estacional (SAD), que puede llevar a síntomas depresivos durante los meses de invierno.
- El clima frío y oscuro: Puede limitar las actividades al aire libre y reducir la motivación para hacer ejercicio, lo cual es esencial para mantener una buena salud mental. La sensación de aislamiento debido a las condiciones climáticas adversas también puede contribuir a la disminución del bienestar emocional.
Estrategias Psicológicas para Enfrentar la Depresión Invernal
- Luz y Vitamina D: Aprovecha la luz natural al máximo. Pasa tiempo al aire libre durante el día, especialmente en las horas de sol para obtener una dosis necesaria de Vitamina D. Si es necesario, considerar el uso de lámparas de terapia de luz.
- Actividad física regular: El ejercicio físico libera endorfinas, neurotransmisores que promueven el bienestar emocional. Incluso actividades suaves, como caminar o practicar yoga, pueden marcar la diferencia.
- Establecer rutinas: Mantener una rutina constante puede brindar estabilidad emocional. Establecer horarios regulares para comer, dormir y realizar actividades puede contrarrestar la sensación de desorden que a menudo acompaña a la depresión invernal.
- Conectar con otras personas: La depresión invernal puede aislarnos, por lo que es vital mantener conexiones sociales. Organiza actividades con amigos o familiares, incluso si son virtuales, para contrarrestar la soledad.
- Alimentación Saludable: Presta atención a tu alimentación. Consume alimentos nutritivos que contribuyan al equilibrio emocional y evita el exceso de azúcares y alimentos procesados.
- Planificación de Actividades: Organiza actividades que disfrutes y que te den algo a lo que anticiparte. Esto puede ayudar a romper la monotonía y proporcionar momentos de placer.
- Mantenimiento del Sueño: Prioriza un sueño de calidad. Establece una rutina de sueño regular y crea un ambiente propicio para descansar.
- Explorar pasiones y creatividad: Sumergirse en actividades que nos apasionan puede ser terapéutico. Ya sea la lectura, la escritura, la música o el arte, encontrar expresión creativa puede ser una poderosa herramienta de autocuidado.
- Buscar apoyo profesional: Si los síntomas persisten o se intensifican, es esencial buscar ayuda profesional. Los psicólogos y terapeutas están capacitados para abordar la depresión invernal y proporcionar estrategias adaptadas a cada individuo. La terapia puede proporcionar herramientas para afrontar la depresión invernal y otros desafíos emocionales.
Conclusión
La depresión invernal puede presentar desafíos, pero con enfoque y apoyo, es posible navegar por estos meses con mayor equilibrio emocional. Incorporar estas estrategias psicológicas en la rutina diaria puede marcar la diferencia y abrir la puerta a un invierno más luminoso desde el punto de vista emocional.
Recuerda, buscar ayuda no es señal de debilidad, sino de valentía y autocuidado. ¡Cuida de tu salud mental este invierno!
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