En los últimos años, el teletrabajo ha experimentado un crecimiento significativo y se ha convertido en una forma de trabajo cada vez más común. En España, la pandemia disparó las cifras de un 5% al 37% de personas con modalidad de teletrabajo. Actualmente, un 71% de las personas trabajadoras a nivel nacional tienen un modelo de teletrabajo híbrido o total (fuente: Statista). La posibilidad de realizar nuestras labores desde casa o cualquier lugar con conexión a internet nos brinda flexibilidad y comodidad, pero también plantea desafíos. Uno de ellos es el tecnoestrés, un fenómeno que surge de la interacción constante con la tecnología y puede afectar negativamente nuestro bienestar.
¿Qué es el tecnoestrés?
El tecnoestrés se refiere al estrés y malestar psicológico derivado del uso excesivo o inadecuado de la tecnología. Es un término creado por el psiquiatra Craig Brod en 1984 quien lo definió como “una enfermedad de adaptación causada por la falta de habilidad para tratar con las nuevas tecnologías del ordenador de manera saludable”. En la actualidad, una definición más específica, brindada por María Salanova, Doctora en Psicología y especialista en Psicología Organizacional Positiva por la Universidad Jaume I (UJI), entiende el tecnoestrés como: “un estado psicológico negativo relacionado con el uso de TIC o amenaza de su uso en un futuro. Ese estado viene condicionado por la percepción de un desajuste entre las demandas y los recursos relacionados con el uso de las TIC que lleva a un alto nivel de activación psicofisiológica no placentera y al desarrollo de actitudes negativas hacia las TIC”.
En esta definición quedan reflejados los dos factores fundamentales del tecnoestrés: síntomas afectivos o ansiedad relacionada con el alto nivel de activación psicofisiológica del organismo, y desarrollo de actitudes negativas hacia las tecnologías. De hecho, según un estudio llevado a cabo por Affor y CSIF a unos 800 trabajadores/as, el 72,3% de la población activa.
En el contexto del teletrabajo, esto puede manifestarse de diversas formas:
- Sobrecarga de información: La constante recepción de mensajes, correos electrónicos y notificaciones puede generar una sensación de agobio y dificultad para desconectar.
- Dificultad para establecer límites: El teletrabajo puede borrar las fronteras entre el trabajo y la vida personal, lo que lleva a una mayor presión para estar siempre disponible y responder rápidamente.
- Falta de desconexión: La tentación de revisar constantemente los dispositivos y estar conectado en todo momento puede dificultar el descanso adecuado y la separación del trabajo. El fenómeno de ‘always on’ hace alusión a este fenómeno de estar conectado 24/7 que puede incluso provocar la aparición de la nomofobia (no-mobile-phone phobia) o miedo a no tener acceso al móvil, pudiendo causar depresión o ansiedad.
- Falta de interacción social: La falta de interacciones cara a cara y el aislamiento pueden aumentar la sensación de soledad y afectar el bienestar emocional.
Enfrentando el tecnoestrés en el teletrabajo:
Aunque el tecnoestrés puede ser un desafío, existen estrategias efectivas para encontrar un equilibrio saludable y minimizar sus efectos negativos:
- Establece límites claros: Define horarios de trabajo definidos y respeta los momentos de descanso. Apaga las notificaciones fuera de ese horario y establece límites en cuanto a la disponibilidad y respuesta inmediata.
- Crea un espacio de trabajo saludable: Designa un área específica para trabajar que sea cómoda y libre de distracciones. Separar físicamente el espacio de trabajo del espacio personal ayudará a establecer límites mentales.
- Practica la desconexión digital: Dedica tiempo fuera de la pantalla para realizar actividades que te gusten, como ejercicios, lectura, hobbies o pasar tiempo con tus seres queridos. Establecer momentos de desconexión te permitirá recargar energías y reducir el estrés.
- Mantén una comunicación clara: Establece expectativas claras con tu equipo de trabajo y comunícate de manera efectiva. Esto ayudará a evitar malentendidos y a fomentar un ambiente laboral más saludable.
- Cuida tu bienestar mental: Prioriza tu salud mental. Es importante mantener una rutina de sueño adecuada y buscar apoyo social y profesional cuando sea necesario.
¿Cuál es el papel de las empresas frente al tecnoestrés?
A pesar de que los y las trabajadoras pueden enfrentarse al tecnoestrés con ciertas prácticas preventivas, las empresas deben de brindar apoyo para minimizar los impactos negativos de la tecnología en la salud mental de sus plantillas. Por ello, es fundamental considerar la estructura organizativa y el diseño de los puestos de trabajo, más aún en aquellos híbridos o totalmente online. Además de gestionar adecuadamente las demandas laborales, brindar a los trabajadores/as el control sobre sus tareas, proporcionar el apoyo necesario, fomentar relaciones saludables en el equipo y la organización, definir claramente los roles y ofrecer formación para adaptarse a los cambios.
Asimismo, las organizaciones deberían ofrecer capacitación específica para prevenir, evitar y/o tratar el tecnoestrés así como cualquier otro riesgo psicosocial en el entorno laboral.
Para ello, desde IMQ Amsa ofrecemos a empresas un programa de prevención de la salud mental que atienda, cuide y promocione el bienestar emocional de sus empleados/as. Se enfoca en dos grandes áreas. Por un lado en la implementación de medidas preventivas para reducir los riesgos psicosociales relacionados con el trabajo. Por otro lado, en el fomento de acciones que promuevan la salud mental, buscando lograr un crecimiento psicológico óptimo que mejore la calidad de vida y el bienestar emocional de las personas. Además, se adapta al mundo del teletrabajo con sesiones de terapia y acompañamiento online.
Desde IMQ Amsa animamos a tanto individuos como a empresas a cuidar la salud mental en el entorno laboral y tratarla como prioridad para un bienestar general y un mejor rendimiento en el entorno de trabajo. Para más información, visita nuestra página web o concierta una primera cita llamando al 94 494 70 71.