Cuando pensamos en salud mental, uno de los trastornos que más fácilmente asociamos a ella es la depresión. Se trata de un término ampliamente conocido y utilizado por la población general, caracterizado, según la definición de la OMS por tristeza persistente y una falta de interés o placer en actividades que previamente eran gratificantes y placenteras. Además, puede alterar el sueño y el apetito, y es frecuente que concurra con cansancio y falta de concentración.
¿Qué es la distimia?
Por el contrario, el caso de la distimia es algo distinto. A pesar de tratarse de una derivada de la propia depresión y de afectar a un número significativo de personas en el mundo, no es un trastorno tan conocido a nivel general. Por ello, en este artículo presentamos las claves para conocer y comprender la distimia.
En la última versión del Manual Diagnóstico Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5-TR), el cual sirve de referencia/guía para gran parte de los profesionales sanitarios en el diagnóstico de trastornos mentales, la distimia pasó a llamarse Trastorno Depresivo Persistente. Consiste en un tipo de alteración del estado de ánimo de larga duración que recordaría a una “depresión crónica leve” pudiendo durar desde un mínimo de dos años hasta décadas.
Síntomas de la distimia
Aunque su sintomatología puede tener una presentación más leve que otros trastornos depresivos, su persistencia y larga duración terminan generando un importante impacto negativo tanto a nivel personal como funcional en la persona que lo padece. De hecho, quien la sufre puede mantenerse funcional y cumplir con sus responsabilidades en el día a día, pero a costa de un gran esfuerzo en la mayoría de los casos.
Como decíamos antes, se trata de una enfermedad con una presencia significativa en la sociedad ya que, según la OMS, la padecería entre un 5 y un 6% de la población aproximadamente.
Causas y características
La causa de este trastorno es multifactorial e incluiría factores psicobiológicos, biológicos, genéticos y eventos vitales desfavorables entre otros. Por tanto, cualquier persona puede padecerlo en algún momento de su vida.
Por sus características insidiosas a menudo el diagnóstico es difícil, la sintomatología puede pasar desapercibida o confundirse con una “forma de ser depresiva” que genera dificultades para adaptarse al entorno. En ocasiones, las personas que padecen distimia pueden ser consideradas de carácter pesimista, irritable o impaciente de manera que su trastorno queda enmascarado como parte de su personalidad.
Cómo tratar la distimia
En cuanto al tratamiento, teniendo en cuenta las causas principales del Trastorno depresivo persistente o Distimia, existe consenso en que el mejor abordaje consiste en una combinación de tratamiento farmacológico y psicoterapia. Algunos estudios muestran que un 50-60% de los pacientes responden al tratamiento con antidepresivos, pero combinarlos con psicoterapia es sin duda el tratamiento más eficaz.
Por tanto, ante la presencia de estos síntomas o la sospecha de que pudiéramos estar atravesando un episodio de estas características, es importante pedir ayuda a profesionales de la salud mental para poder elaborar un diagnóstico adecuado e iniciar tratamiento si procede.
Dr. Guillermo Mayner
Psiquiatra