En este artículo vamos a dar unas pinceladas generales sobre el TDAH y a dar respuesta a algunas cuestiones que a veces en la práctica clínica nos plantean familiares o profesionales que trabajan con personas con este diagnóstico.
¿Qué es el TDAH y cuáles son sus causas?
El TDAH o trastorno por déficit de atención e hiperactividad es un trastorno neurobiológico crónico del neurodesarrollo cuya sintomatología se origina en la infancia y varía evolutivamente a lo largo de la vida.
Según la OMS, se estima que afecta al 5,3 % de la población mundial, y al 6,8 % de la población española.
Según el DSM-5, afecta del 5 al 10 % de los niños en edad escolar, y al 2,5% de la población adulta.
En cuanto a la diferencia por sexo, hay una mayor incidencia de este trastorno en niños que en niñas, con una proporción aproximada de 3 a 1, aunque quizás esto se debe a que el TDAH está infradiagnosticado en niñas, ya que presentan menos sintomatología disruptiva que es la que más distorsiona la vida escolar y familiar.
El TDAH siempre ha generado muchos interrogantes y controversia. A día de hoy no hay un consenso claro respecto a sus causas pero se cree que es una combinación de factores: biológico, genético y ambiental. Además, existen ciertos factores de riesgo perinatal (como el tabaco, alcohol y drogas consumidos durante el embarazo).
¿Cuáles son los síntomas del TDAH? ¿Qué puede hacerme sospechar que alguien tiene este trastorno?
Hay 3 síntomas típicos en este trastorno:
- Déficit de atención: Las personas con TDAH pueden presentar dificultad para mantener la concentración en tareas, organizar el trabajo, les cuesta poner en marcha una tarea, pueden mostrarse despistados y olvidadizos, presentan dificultad para seguir consignas, a veces tienden a perder cosas… a veces parece que no escuchan cuando les hablan o que no pueden seguir una conversación, también pueden parecer vagos, cuando en realidad lo que les ocurre es que tienen una gran dificultad para mantener la atención en una tarea y por eso no la hacen y esto se puede traducir en un bajo rendimiento.
- Impulsividad: Este síntoma se manifiesta en forma de falta de autocontrol a nivel conductual y emocional. Son personas que con frecuencia actúan antes de hablar, pasan a la acción sin pensar en las consecuencias, interrumpen a los demás, se pueden mostrar impacientes y desorganizados. Ante pequeñas frustraciones a veces sus reacciones son desproporcionadas y pueden exponerse a situaciones de riesgo por la impulsividad de sus acciones. A veces el entorno puede pensar que son personas maleducadas o exigentes, cuando en realidad lo que les pasa es que tienen falta de autocontrol.
- Hiperactividad (motora o verbal): Las personas con esta sintomatología presentan una actividad excesiva o inapropiada sin una finalidad productiva. Tienden a ser inquietos, moverse constantemente y tienen dificultades para permanecer sentados durante largos períodos de tiempo, a veces no pueden evitar estar haciendo ruiditos constantemente, tocando cosas, moviendo manos y pies… necesitan levantarse o cambiar constantemente de postura y esto les ocasiona problemas de adaptación al entorno. La hiperactividad es el síntoma más llamativo por ser el más disruptivo de los 3.
Cuando estos síntomas tengan una intensidad mayor que en el resto de niños de su edad, o cuando interfiera en el funcionamiento de esa persona en el contexto familiar o escolar, sería recomendable consultar con profesionales de la salud mental.
La sintomatología del TDAH puede variar en intensidad y presentación en cada persona, así pues, se podrá manifestar de forma leve, moderada o grave.
Según el DSM-V (Manual de diagnóstico y estadística de los trastornos mentales) se pueden diferenciar 3 tipos de TDAH:
- Presentación combinada (con los 3 síntomas).
- Presentación predominantemente falta de atención.
- Presentación predominantemente hiperactiva/impulsiva
¿A qué edad se diagnostica?
Generalmente el diagnóstico del TDAH llega al inicio de Primaria. A partir de los 6 años ya podemos hacer este diagnóstico. Puede ser que antes de esta edad ya hayamos podido detectar ciertas señales de alarma que nos hayan puesto en preaviso
El diagnóstico debe realizarlo preferiblemente un equipo multidisciplinar, ya que es necesaria una evaluación médica, psicológica y pedagógica. Es muy importante hacer un buen diagnóstico diferencial para descartar que las dificultades que presenta esa persona no se deban a otra causa.
¿Las personas adultas también lo padecen?
Durante mucho tiempo se ha considerado el TDAH un diagnóstico exclusivo de la infancia y la adolescencia, pero la realidad es que El TDAH es un diagnóstico crónico cuya sintomatología va evolucionando a lo largo de la vida. Un alto porcentaje de los niños diagnosticados de TDAH en la infancia, seguirán presentando sintomatología en la adolescencia y en la edad adulta, aunque su manifestación será diferente.
En términos generales la hiperactividad disminuye conforme el niño se va haciendo mayor, y se manifiesta en forma de inquietud o malestar interno. Las dificultades de atención persisten y esto se traduce en dificultades para llevar a cabo tareas, organizar el trabajo… la impulsividad se expresa en forma de necesidad de cambio constante o conductas de riesgo.
¿El TDAH tiene tratamiento?
Un diagnóstico temprano y una buena intervención son fundamentales para una buena evolución. Lo ideal es combinar:
- Terapia Individual. Es muy importante que las personas con diagnóstico de TDAH conozcan sus dificultades y aprendan habilidades de organización, manejo del tiempo y control de impulsos, además de recibir apoyo emocional y educativo sobre el trastorno
- Apoyo educativo: es fundamental, ya que puede incluir adaptaciones del entorno escolar, tiempo extra para completar la tarea e instrucciones claras y adaptadas a sus necesidades
- Medicación: En algunos casos será necesario recetar medicación para complementar el tratamiento individual y el apoyo educativo con el fin de mejorar la atención y reducir la impulsividad y la hiperactividad.
¿El TDAH es para siempre o tiene cura?
Aunque el TDAH no tiene cura, algunos síntomas disminuyen y pierden intensidad o desaparecen con el paso de los años, además, se pueden implementar muchísimas estrategias de tratamiento para ayudar a las personas con TDAH a manejar sus síntomas y llevar una vida satisfactoria
¿Qué diferencia hay entre un/a niño/a movido/a y uno/a con TDAH?
Este es uno de los puntos que más controversia tiene en el diagnóstico del TDAH. Sobre todo en edades tempranas, la sensibilidad del entorno es muy importante a la hora de manejar las dificultades de los niños que presentan sintomatología de dificultades de atención, hiperactividad e impulsividad, pero en términos generales podríamos decir que la diferencia está en la persistencia, intensidad y frecuencia de los síntomas. Por ejemplo, un niño movido puede ser enérgico y puede presentar dificultad para quedarse quieto en ciertas ocasiones, pero un niño con TDAH muestra un patrón consistente de hiperactividad, impulsividad y/o desatención que interfieren en su funcionamiento diario y en múltiples áreas de su vida.
¿El TDAH influye en el rendimiento escolar?
Seguramente, el rendimiento escolar es una de las áreas en las que más afecta este trastorno. Suele ser en el ámbito escolar donde se detectan las primeras señales que nos hacen pensar en este diagnóstico. Las dificultades de atención, impulsividad y organización que presentan estos niños, afectan a su rendimiento escolar. Muchas veces estos niños pueden tener dificultades para seguir instrucciones, completar tareas, mantener la concentración y organizar el trabajo. Sin embargo, con un diagnóstico temprano, un tratamiento adecuado y un entorno escolar sensibilizado, implicado y adaptado, los niños con TDAH pueden tener un estupendo rendimiento académico. Hay ciertas pautas sencillas que es muy importante aplicar desde el inicio de la escolarización con estos niños: colocar al niño en primeras filas para favorecer el contacto con el profesor y evitar que se despiste, tener unas rutinas claras, trabajar con él siguiendo una estructura, fragmentar las tareas, darle instrucciones cortas y concisas y promover su participación activa y la responsabilidad-
¿Y en las relaciones personales como afecta el TDAH?
La sintomatología propia del TDAH puede dificultar las relaciones de las personas con este diagnóstico, ya que puede generar frustración y malentendidos.
- La dificultad para mantener la atención puede verse en la incapacidad para mantener la concentración en una conversación o actividad compartida, esto puede hacer que las personas con TDAH parezcan distraídas o desinteresadas.
- La impulsividad se puede manifestar en actuaciones sin pensar las consecuencias, lo que puede generar conflictos, malentendidos o situaciones peligrosas,
- La dificultad de organización y planificación puede comprometer el cumplimiento de compromisos, lo cual puede acarrear malentendidos y problemas en el ámbito escolar o laboral.
¿Cómo podemos acompañar a una persona con este diagnóstico?
El TDAH es una condición que requiere un enfoque multidisciplinar. Un diagnóstico temprano y un abordaje terapéutico completo (médico, psicológico y pedagógico) favorecerán una evolución positiva. Además, un entorno empático y sensible y ciertas adaptaciones en el ámbito escolar o laboral, favorecerán el buen funcionamiento de la persona con TDAH.
Para más información acerca de cómo podemos ayudarte desde IMQ Amsa, puedes echar un vistazo a nuestros servicios infanto-juveniles o llamarnos para más información al 94 494 70 71.
Escrito por Amaya Gambra, Psicóloga individual de Atención Infanto-juvenil en IMQ Amsa.