Rompiendo el ciclo de la adicción: Cómo la psicología puede ayudarte a superar tus hábitos compulsivos

Cada vez es más frecuente encontrarnos con problemas de adicciones ya sea en nuestro entorno familiar, laboral, social o en las propias consultas de salud mental. 

La OMS define como droga a toda sustancia que, introducida en un organismo vivo, pueda modificar una o varias de sus funciones y droga de abuso a aquella de uso no médico con efectos psicoactivos (capaz de producir cambios en la percepción, el estado de ánimo, la conciencia y el comportamiento) y susceptible de ser autoadministrada. Así actualmente, y desde la perspectiva médica y científica se utiliza el vocablo droga para definir a un gran número de sustancias que cumplan las siguientes condiciones:

  1. Ser sustancias que introducidas en un organismo vivo son capaces de alterar o modificar una o varias funciones psíquicas de éste (carácter psicotrópico o psicoactivo)
  2. Inducen a las personas que las toman a repetir el consumo por el placer que producen (acción reforzadora positiva)
  3. El cese de su consumo puede dar lugar a un gran malestar físico y/o psíquico (dependencia física y/o psicológica).
  4. No tienen ninguna implicación médica o si la tienen pueden utilizarse con fines no terapéuticos.

Es importante distinguir los conceptos de uso, hábito y abuso para identificar cuando nos encontramos ante un problema.

Uso: consumo, utilización, gasto de una sustancia sin que se produzcan efectos médicos, sociales o familiares.

Hábito: costumbre de consumir una sustancia por habernos adaptado a sus efectos (P.ej cafeína).

Abuso: cualquier consumo de droga que dañe o amenace dañar, la salud física, mental o el bienestar social de un individuo, de diversos individuos o de la sociedad en general.  

 

 

Cuando presentamos abuso de una sustancia o actividad puede generarse una adicción. Las adicciones se asocian a comportamientos que tienen en común la persistencia, compulsividad y falta de control en el consumo de drogas de abuso o de una actividad. El riesgo para el inicio del consumo de una droga de abuso y para el desarrollo de una conducta adictiva se asocia a factores genéticos, epigenéticos y ambientales. El equilibrio entre el individuo, el ambiente y la sustancia puede inclinarse a favor del trastorno adictivo en las siguientes situaciones:

  1. Consumo excesivo mantenido
  2. Escasa protección ambiental
  3. Elevada vulnerabilidad biológica

Por lo tanto, la vulnerabilidad individual para el cambio desde el consumo de la droga hacia la adicción propiamente dicha, es un rasgo complejo donde intervienen múltiples factores biológicos y ambientales, sus interacciones y el contacto con las sustancias de abuso. Por tanto, cualquier persona puede padecerlo en algún momento de su vida.

Además de los problemas que puede traer el uso de sustancias en distintas áreas vitales (laboral, social, familiar…) el consumo de sustancias puede producir la aparición de síntomas característicos de distintos trastornos psiquiátricos y cuando esto sucede se diagnostica un trastorno psiquiátrico inducido por sustancia.

La comorbilidad de un trastorno por abuso de sustancias y un trastorno psiquiátrico se denomina diagnóstico dual, patología dual o trastorno dual

En cuanto al tratamiento, diferentes estudios demuestran que el mejor abordaje consiste en una combinación de tratamiento farmacológico y psicoterapia. Además, el tratamiento de las adicciones engloba varias etapas en cada una de las cuales se hace hincapié en distintos factores para alcanzar el proceso de recuperación.

Por tanto, ante la presencia o sospecha de un abuso de sustancias o comportamientos adictivos, es importante pedir ayuda a profesionales de la salud mental para poder elaborar un diagnóstico adecuado e iniciar tratamiento si procede.

Dra. Beatriz Rodríguez Paz

Psiquiatra